Una linda reflexión sobre el mirarnos para vernos de verdad. Gracias Caro!
Hace pocos días estuve en Nabusímake, ciudad indígena habitada por los Arhuacos y capital de la Sierra Nevada de Santa Marta. Es un lugar que actualmente se encuentra restringido para los visitantes (somos pocos a los que nos llegó una suerte repentina y pudimos llegar sin problema). Por eso, después de cuatro horas de carretera maltrecha desde Valledupar, nos vimos obligados a pasar por el control de ingreso en la entrada del resguardo.
Un indígena moreno, con el cabello negro y grueso, su manta blanca y su sombrero encocado, que custodiaba la entrada, se acercó a nuestra camioneta 4×4 de llantas altas, con las que habíamos lidiado el tortuoso camino. No hizo preguntas, solo nos inspeccionó con aquella mirada que no necesita palabras. En ese momento entendí su privilegiada capacidad de observación, que reconoce más allá de las apariencias, propia de quienes viven con serenidad. Nos clavó sus ojos de…
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