Creo que a las personas que nos importa contribuir a la transformación en el mundo nos corresponde a la vez ser semilla que tiene la fuerza de salir y «romper el asfalto», así como generadores de terreno fértil para crecer y florecer. Y además, nos corresponde ser los jardineros que crean y cuidan de que otras semillas puedan hacer lo mismo.
Estamos en un momento de la historia en que creo que el mayor valor que podemos ofrecer es el de crear sistemas y estructuras donde la transformación personal alcance una masa crítica que realmente haga que aparezcan los bosques que tanto queremos y anhelamos.
Gracias a Viki por ser inspiración para escribir ésta reflexión!
¿Has visto como la naturaleza encuentra su rumbo, a pesar incluso de algo tan duro como el asfalto? A la naturaleza no se le puede detener. Su fuerza brota, su fuerza rompe, su fuerza avanza, su fuerza transforma.
Sin embargo, si tomáramos este brote se rompería con solo doblarlo con nuestra mano. Es frágil, puede ser aplastado con facilidad, de manera consciente o incluso puede ser pisado sin intención, sin verlo.
Una semilla, esa cosa pequeñita, tiene la fuerza dentro, para lograr romper el asfalto. Pero también tiene la fragilidad para ser destruida. ¿Puedes pensar en ti, en tu vida, como esa semilla?
“… Nuestro miedo más profundo no es el de ser inadecuados. Nuestro miedo más profundo es el de ser poderosos más allá de toda medida. Es nuestra luz, no nuestra oscuridad, lo que nos asusta.
Nos preguntamos: ¿Quién soy yo para ser brillante, hermoso, talentoso…
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Andrés, creo que cada día estamos más cerca de alcanzar la “masa crítica”. Las redes sociales, los blogs, internet son una “red” que nos conecta, nos pone hombro con hombro, nos hace reconocer que no estamos solos, que hay muchas más personas que comparten esa misma ideología, ese mismo anhelo, esa misma visión de un mundo diferente. Sigamos Sumando! Un saludo.
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