Este blog me trae a los desafíos de nuestro tiempo para una humanidad sustentable, justa y plena.
Ayer en el Hay Festival escuché a Paul Bogard, autor del libro EL FIN DE LA OSCURIDAD, basado en un estudio acerca de cómo, la masiva iluminación artificial está haciendo casi imposible para la humanidad tener acceso a la oscuridad natural y cómo esto afecta a la naturaleza y al hombre en diferentes dimensiones.
Es posible que hoy en día, un niño que vive en una ciudad nunca en su vida pueda ver un cielo estrellado. Este hecho me golpeó, así como me golpeó ver las fotos satelitales de nuestro planeta, en las que se evidencia el avance de la luz artificial, creando una contaminación lumínica que nos separa cada vez más de lo natural, nos desconecta de los ciclos de la naturaleza y nos sumerge en un mundo artificial, en el que la noche, la oscuridad y las estrellas dejaran pronto de existir. Qué noche estrellada hubiera pintado Van Gogh…
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Pues si, es cierto, en las ciudades han desaparecido las estrellas, pero también las luciérnagas, las mariposas, el aire puro, el silencio…. Decrecer. En los pueblos donde aún vemos las estrellas hay un nuevo grupo de habitantes. Aquellos que apostamos por el «decrecimiento», por ser agentes del cambio, por ser ese cambio que queremos ver en el mundo, como decía Gandhi.
Un saludo Andrés.
Viki
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